El resurgimiento de los teléfonos básicos
¿Señales de un cambio? Un gran número de jóvenes en los Estados Unidos está volviendo a los teléfonos básicos.
Hay huellas que, combinadas, ofrecen una interpretación de la realidad muy interesante y una ventana sobre perspectivas nuevas.
Por un lado, las ventas de Smartphones se están estabilizando y tienden hacia el descenso. Es normal, ya que su tasa de penetración es muy alta. Tampoco podría crecer mucho más ya que es un entorno muy maduro. En Europa, la tasa de penetración ronda el 79% y en US roza ya el 90%. En contraposición, empresas como HMD Global, fabricante de teléfonos Nokia, continúan vendiendo millones de dispositivos móviles básicos similares a los utilizados a principios de la década de 2.000. En 2022, casi el 80% de las ventas de teléfonos con funciones básicas provino de Oriente Medio, África e India, según la consultora Counterpoint Research. Si miramos a Occidente, ese número está cambiando. Hay una ingente cantidad de jóvenes en los Estados Unidos y Canadá que está volviendo a los teléfonos básicos.
El humo de las chimeneas
Puede que en el Futuro veamos los smartphones como vemos actualmente las chimeneas en los grabados de la Revolución Industrial. Un recuerdo que combina progreso con elementos nocivos. Esto me hace recordar el movimiento ludista. El movimiento ludista fue de corta duración: surgió en noviembre de 1811 y llegó a su fin en enero de 1815. Tuvo lugar en lo que se conoce como el "triángulo ludista" que abarcaba los cinco condados centrales de Gran Bretaña: Yorkshire, Lancashire, Cheshire, Derbyshire y Nottinghamshire. Su nombre proviene de la figura legendaria del General Ned Ludd, cuyos orígenes siguen siendo un enigma hasta hoy. Más allá de las leyendas, la realidad es que los habitantes de estas tierras se vieron afectados por las primeras políticas industriales impulsadas por la incipiente monarquía inglesa del siglo XIV, que tenían como objetivo fomentar la industria lanera nativa. Esto se tradujo en la transformación de los bosques comunales en tierras privadas destinadas al pasto de ovejas, un proceso conocido como "enclosure." Existió, motivado por esos hecho, un conflicto entre la población local, que deseaba seguir utilizando los bosques para obtener comida y combustible. Este enfrentamiento entre lo antiguo y lo nuevo, entre las costumbres y el comercio, fue lo suficientemente dramático como para convertirse en parte de las historias locales.
Vivimos en una sociedad conectada que vive sus momentos de avance y retroceso. No hay avance sin una fuerza a la contra. Y en un mundo hiperconectado, donde los smartphones parecen ser una extensión de nuestro ser, hay una tendencia en crecimiento que desafía la norma digital: el regreso de los "dumb phones", o teléfonos básicos. Estos dispositivos básicos están experimentando un renacimiento, impulsados por una creciente popularidad de la desconexión y el minimalismo en una era caracterizada por la hiperconectividad.
La Búsqueda de la desconexión digital
Uno de los principales impulsores detrás del resurgimiento de los "dumb phones" es la creciente conciencia de los efectos negativos de la hiperconectividad en la salud mental; escribía sobre ello hace unos días aquí. Hay que recordar que, su uso se limita a lo esencial: comunicación. Al eliminar las distracciones digitales y reducir la tentación de las notificaciones constantes, su uso permite a las personas desconectar de la constante estimulación digital y recuperar el espacio mental necesario para disfrutar del mundo real. La adicción a los smartphones y las novedades de las plataformas digitales se ha convertido en una incidencia común, y muchas personas sienten la necesidad de reducir su tiempo frente a las pantallas.
Ventas de fabricantes de teléfonos básicos
La Privacidad y la seguridad como prioridad
Otro aspecto importante en la preferencia por los "dumb phones" o teléfonos básicos, es la preocupación creciente por la privacidad y la seguridad. Los smartphones modernos están equipados con una variedad de sensores y aplicaciones que recopilan datos personales, lo que ha llevado a nuevas preocupaciones sobre la privacidad y el uso indebido de la información. A ello también ha ayudado los diferentes escándalos sobre fugas de datos de Cambridge Analytica, entre otros. Los teléfonos básicos son percibidos como más seguros y privados. Al carecer de una gran cantidad de aplicaciones y sensores, la cantidad de datos recopilados se reduce drásticamente. Esto atrae a aquellos que desean tener una sensación de supervisión de los datos más férrea.
La tendencia minimalista y la Nostalgia
El minimalismo se ha convertido en una tendencia de estilo de vida que abarca varios aspectos, desde la Moda hasta la tecnología. Los "dumb phones" encajan perfectamente en esta corriente, ya que simplifican la vida digital. La simplicidad de estos dispositivos apela a aquellos que buscan una experiencia de usuario más minimalista. Pero, ¿y si todo esto encajase dentro de esta tendencia hacia la nostalgia de los 90’s y los 00’s? Pues también.
Desde la pandemia, la Generación Z ha cultivado una fascinación por una década específica, los años 2.000. En TikTok, el hashtag "Y2K" ha acumulado alrededor de 5.000 millones de visualizaciones y sigue en aumento. El resurgimiento de los años 2.000 se está fusionando con la cultura pop actual, y la estética de esa década está permeando todo, desde la moda y la música hasta la televisión, en especial, las series de televisión. Desde los pantalones de talle bajo hasta el tactel o los estampados ultracoloridos estas prendas distintivas de la estética Y2K ya no son tan raras en los guardarropas de la Generación Z. Ese estilo, muy usado en su momento por figuras como Britney Spears (‘Oops, I did it again’, no he podido evitarlo…), Christina Aguilera, Paris Hilton y Jennifer Lopez, iconos que aún son adorados en la actualidad, está experimentando un renacimiento gracias a esta generación nostálgica.
El resurgimiento de los teléfonos básicos, que evocan la era pre-smartphone, está ganando terreno. Puede interpretarse como una respuesta a la sobrecarga de información y una búsqueda de simplicidad en un mundo digital cada vez más complejo. Soy optimista ya que la tecnología sigue desempeñando un papel crucial al ofrecer alternativas tecnológicas que equilibran la conectividad y la desconexión.
El futuro se vislumbra eléctrico, es emocionante y prometedor. La tecnología continúa siendo un motor de cambio positivo. Con sombras, sí, pero, positivo.