Tu Enfoque, tu Superpoder: domina el caos digital. El poder de la Atención.
Resumen del libro de Goleman 'Focus'.
Es un tema que me obsesiona. Todo deviene en miccro-atención; y me preocupa.
Di con este libro del mítico Goleman a través de una referencia. Y me lo leí en agosto junto con otros. Por cierto, qué lejos parecen que quedan esos días…(sic) Veamos:
En el mundo actual, la habilidad más infravalorada no es la inteligencia, la creatividad o la determinación; es la atención. Está a la altura de ser un superpoder.
Como argumenta Daniel Goleman en su libro Focus: El motor oculto de la excelencia, este recurso tan escaso es la clave para alcanzar la grandeza en cualquier ámbito, ya sea en los deportes, los negocios o el desarrollo personal. La atención, al igual que un músculo, se puede fortalecer con práctica deliberada, pero si se descuida, puede debilitarse.
Entendiendo los diferentes tipos de enfoque
Goleman divide la atención en tres categorías principales: enfoque interno, enfoque en los demás y enfoque externo.
Enfoque interno: Se refiere a la autoconciencia, al entendimiento de nuestras emociones y a la alineación de nuestras acciones con nuestros valores. Es el fundamento de la autogestión y nos ayuda a tomar decisiones coherentes con nuestros verdaderos objetivos.
Enfoque en los demás: Este tipo de enfoque implica la empatía y la habilidad de entender las perspectivas de los demás. Es fundamental para construir relaciones sólidas, tanto en la vida personal como en el liderazgo. Un líder que carece de este enfoque se desconecta de su equipo y pierde información clave sobre las motivaciones de las personas.
Enfoque externo: Es la conciencia del mundo que nos rodea, la capacidad de comprender los sistemas y las implicaciones más amplias de nuestras acciones. Los líderes que no desarrollan este enfoque suelen tomar decisiones a corto plazo, sin ver el panorama completo.
Para aumentar el liderazgo, según el autor, es esencial dominar los tres tipos de enfoque. El mismo destaca que un equilibrio entre ellos no solo mejora nuestro trabajo, sino también nuestro bienestar general.
La economía de la atención y sus peligros
En la era digital, la atención se ha convertido en una mercancía valiosa, dando lugar a lo que se conoce como "la economía de la atención". Cada notificación, correo electrónico y anuncio está diseñado para captar nuestro foco, provocando una sensación de distracción constante y fragmentando nuestra capacidad de concentración. Hasta el punto que en la industria publicitaria, el cómo medirla, se ha convertido en un tema recurrente.
Lo que más me preocupa de lo que he leído, es que este constante flujo de información está remodelando nuestros cerebros y afecta nuestra capacidad de concentrarnos profundamente.
Goleman cita investigaciones que demuestran cómo el exceso de tiempo frente a las pantallas está impactando el desarrollo de los niños, limitando su capacidad para interpretar señales no verbales y leer el contexto. Incluso los adultos luchan por mantener la atención, lo que merma su productividad y creatividad.
Cultivar una atención saludable
Se puede moderar este impacto. Goleman señala que cultivar la atención enfocada puede llevarnos a un "estado de flujo-fluir," un estado mental donde estamos completamente inmersos en una actividad, con una sensación de enfoque y disfrute energizado. Lograr este estado requiere encontrar tareas que estén en el nivel adecuado de dificultad: ni demasiado fáciles que se vuelvan aburridas, ni tan difíciles que generen ansiedad.
El desarrollo de la atención comienza con prácticas que la potencien. Goleman destaca técnicas como la meditación, la atención plena (mindfulness) y la práctica deliberada como métodos para entrenar la mente. Estas prácticas fortalecen el control ejecutivo del cerebro, mejorando nuestra capacidad de centrarnos en lo verdaderamente importante y filtrar el ruido externo.
Las trampas ocultas de la atención
Uno de los conceptos más reveladores que presenta Goleman es el de "sesgo atencional."
Nuestra atención puede ser fácilmente secuestrada por desencadenantes emocionales o hábitos profundamente arraigados. Esto se observa, por ejemplo, en la ansiedad social, donde los individuos se enfocan excesivamente en las amenazas percibidas en su entorno social.
El autor explica que la lucha por mantener la concentración surge de la tensión entre dos sistemas de atención: el sistema ascendente y el sistema descendente.
El sistema descendente es consciente, voluntario y requiere esfuerzo, como cuando decidimos enfocarnos en una tarea específica.
El sistema ascendente es automático e involuntario, dirigido por estímulos en nuestro entorno, como una notificación o un ruido repentino. El desafío está en entrenar nuestro sistema descendente para que pueda dominar las distracciones del sistema ascendente y mantenernos en el camino.
Atención y éxito
Goleman enfatiza que la calidad de nuestra atención tiene un impacto directo en nuestro desempeño. Es bien sabido que Atletas, músicos y profesionales que alcanzan su máximo rendimiento lo logran porque han perfeccionado su capacidad de enfocarse. Sin embargo, centrarse demasiado en la técnica también puede ser contraproducente. Por ejemplo, los deportistas que se obsesionan con cada detalle de sus movimientos pueden bloquear su fluidez, lo que se conoce como "parálisis por análisis."
En el mundo de los negocios también existe esto, los líderes que cultivan un enfoque amplio pueden identificar tendencias del mercado, adaptarse a las circunstancias cambiantes y tomar decisiones alineadas con objetivos a largo plazo. Aquellos que carecen de este enfoque suelen quedar atrapados en las operaciones del día a día y no logran ver la estrategia general, limitando el potencial de sus organizaciones.
Navegando en la economía de la atención
Dado el constante asedio a nuestra atención, ¿cómo podemos recuperar el control? Goleman sugiere que todo comienza con la autoconciencia y el desarrollo deliberado de habilidades atencionales.
Algunas estrategias que propone son:
Entrenamiento en mindfulness: Practicar la atención plena fortalece nuestra capacidad para mantener el control de nuestra atención, permitiéndonos estar presentes y resistir las distracciones.
Pausas programadas: El cerebro humano no está diseñado para enfocarse durante períodos prolongados. Incorporar descansos regulares ayuda a refrescar la atención y a mantener la productividad.
Centrarse en una tarea a la vez: A pesar de la creencia popular, el multitasking reduce la eficiencia y la calidad del trabajo. Enfocarse en una sola tarea permite una inmersión más profunda y resultados de mejor calidad.
Establecer límites con la tecnología: Establecer límites claros respecto a las distracciones digitales, como desactivar notificaciones y reservar momentos específicos para revisar el correo, mejora notablemente la concentración.
En un mundo donde la atención está constantemente amenazada, dominar el arte del enfoque es un diferenciador clave para el éxito. Al aprender a manejar nuestro enfoque interno, externo y hacia los demás, podemos navegar la complejidad de nuestro entorno, construir relaciones más sólidas y alcanzar la excelencia en cualquier campo que elijamos.
El enfoque no es solo una herramienta para el crecimiento personal, sino un requisito fundamental para el liderazgo en la era moderna. Como señala Goleman, los líderes que están desconectados de su brújula interna, ignorantes de los sistemas más amplios en los que operan y ciegos a las necesidades de los demás, inevitablemente fracasan.
El camino hacia una vida satisfactoria y exitosa radica en cultivar esta sutil pero poderosa facultad mental: nuestra atención.